Espacio Literario

Reseña Fahrenheit 451

Los “Hombres Libro”; la inmortalización del conocimiento

Por Sara Julieth Cabrera Ríos

 

 

"Un libro es un arma cargada en la casa de al lado. Quémalo. Quita el proyectil del arma. Domina la mente del hombre." Ray Bradbury- Fahrenheit 451.

 

El libro se publicó por primera vez en el año 1953, escrito por el estadounidense Ray Bradbury quien en el título del manuscrito hace referencia a la temperatura a la que se debe exponer el papel para ser consumido por el fuego. Cuenta la historia de una sociedad imaginada donde estaba prohibido leer y la posesión de libros era un acto de ilegalidad, regulado por los bomberos, que tenían la misión de generar incendios en vez de apagarlos.

Montag el personaje principal de la obra es un bombero que diariamente quemaba libros y siempre cumplió con su trabajo sin cuestionar su misión dentro de la sociedad. Esto cambia a partir de una serie de encuentros con su joven vecina llamada Clarisse. Ella a  través de preguntas y comentarios poco convencionales va sembrando en él una semilla de inquietud. Comienza a cuestionar su labor como bombero, la relación con su doblegada esposa (Mildred), si es o no realmente feliz y especialmente en Montag surge el deseo por saber el contenido de los libros que incendia. Él comienza a hurtar libros de las bibliotecas que quema y a pesar de escuchar los comentarios de su jefe (Beatty) que instiga en que la lectura solo genera infelicidad y discordia en las personas Montag temeroso comienza a leer.

La lectura ilícita transforma la realidad de Montag e idea un plan con Faber, un ex profesor universitario, para erradicar las estaciones de bomberos y darle la posibilidad a las personas de leer libros. En el intento es delatado por su esposa y obligado por su jefe a quemar su propia casa y la pequeña colección de libros hurtados. Tras cumplir con esta disposición, irritado por los hechos, Montag liquida a su jefe quemándolo con un lanzallamas y huye.

En la huida, logra escapar del sabueso (un perro mecánico con una aguja hipodérmica que paraliza a sus víctimas) y en la ciudad lo hacen pasar por muerto para no generar más expectativas sobre el caso y voltear la atención de la ciudad en temas más banales. Finalmente Montag se refugia en los campamentos ambulantes con un grupo de vagabundos letrados, “los hombres libro”, esperando algún día reintegrarse a la sociedad con la sabiduría de la literatura en ellos.

En 1966 el director François Truffaut adapta la obra literaria al cine, el film se sitúa en una sociedad posterior a 1990 y retoma la idea principal del libro, una ciudad donde la lectura era prohibida y estaban oprimidos bajo el control de la publicidad, los medios y los tranquilizantes, los bomberos existían para quemar los libros y  el culto a la frivolidad y la belleza se aclamaban en la sociedad.

 “No juzgue un libro por su sobrecubierta” Ray Bradbury- Fahrenheit 451.

En la temática de Fahrenheit 451 se puede divisar una visión profética del autor, grandes autopistas, vidas al máximo de velocidad, relaciones a través de las pantallas, el poderío de los medios masivos de comunicación sobre la sociedad y un desdén por el arte y la literatura que se percibe en la sociedad actual. Pero algo que es realmente magnífico y revelador en la obra es el papel que tiene el habitante de la calle dentro de la historia.

Generalmente se podría concebir a los individuos que viven en las calles, aquel llamado vagabundo, como un holgazán sin oficio ni beneficio, que vive del aire, alguien sin techo, un errante desmedido que no puede sembrar una semilla en ninguna parte. Un exiliado social.

 

Pero quien se exilia no siempre es aquel que debe algo, el que ha cometido tan garrafal error que solo es acogido por la calle y por otros que son tan desdichados como él; un exiliado puede ser aquel que prefiere un cielo estrellado a un techo de madera, alguien que necesita trasformar caminos con su andar y que su aspecto andrajoso no es más que la armadura que le evita ser permeado por el eco atroz de la sociedad superficial. “Alguien que llena sus ojos de ilusión. Va al mundo. Es más fantástico que cualquier sueño real o imaginario. No pide garantías, no pide seguridad.”(Ray Bradbury, Fahrenheit 451)

Es por eso que justamente no se debe menospreciar un libro (u hombre libro) por su carátula, puede tener cualquier rostro, lo que realmente importa es su contenido, no el continente.

Esta idea de vagabundo es lo que muestra el libro y la película Fahrenheit 451. Un ser que tiene que huir porque no quiere embarrarse del mundo en que vive, y sueña con poder refugiarse en la magia de un libro sin sentirse huidizo. Los “hombres libro” son aquellos errantes que huyen de la ciudad y se aprenden un libro para poder perpetuar el contenido exultante de un manuscrito. Así este cuando muera podrá estar presente en el mundo por siempre, porque con su vida ha tocado algo y lo ha inmortalizado: El conocimiento.

“Cuando muere, todo el mundo debe dejar algo detrás. Un hijo, un libro, un cuadro, una casa, un jardín plantado. Algo que tu mano tocará de un modo especial, de modo que tu alma tenga algún sitio a donde ir cuando tú mueras, y cuando la gente mire ese árbol o esa flor que tú plantaste, tú estarás allí” Ray Bradbury- Fahrenheit 451.

Finalmente la conclusión de esta obra es un vaticino placentero ante caos que presenta el mundo futuro,  porque gracias al vagabundo, al hombre libro, se acrecienta la esperanza del fin de la des-ilustración que se da por la hegemonía de las nuevas tecnologías y el control sobre masas que estas pretenden. Y como el ave fénix, a través de los exiliados, el poder de los libros renazca de las cenizas y estos  reconstruyan la sociedad dañada que una vez los intentó calcinar para siempre.